miércoles, 3 de agosto de 2011

¿Es Jehová el nombre de Dios?


¿Es Jehová el nombre de Dios?
“y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32), pero al creer que Jehová es el nombre con el que el Creador se manifestó a Moisés los religiosos demuestran que no conocen la verdad ya que ese nombre fue instituido por los masoretas, creadores de un nuevo idioma seudojudío entre los siglos VII y X de nuestra Era, a partir del tetragrámaton יהוה (YHWH), que–suponían- era el nombre con el que Dios se habría dado a conocer a Moisés. (Éxo. 3:14).
Muchos teólogos ponen en aprietos a los creyentes al tratar de explicar el significado del nombre que Dios dio a Moisés al ser preguntado por éste cuando recibió la comisión de volver a Egipto a sacar a Israel. Pero si nos atenemos a los registros bíblicos hebraicos conoceremos que la palabra dicha por el Creador en respuesta a la pregunta de Moisés, y que está registrada en Exodo 3:14 es יְהֹוָה y existe discrepancia acerca de su significado original.
Algunos, como los denominados Los testigos de Jehová sostienen que es el nombre del verdadero Dios, y así lo escriben aun en su versión del Nuevo Testamento, otros sostienen que significa “el que existe en sí mismo”, dando a esa palabra la connotación de eternidad.
No me considero un sabio ni menos un erudito en lo que se refiere a las Santas Escrituras, pero un análisis sereno del texto en mención nos muestra algo asombroso.
Moisés nació y fue creado en Egipto, un reino politeísta donde los dioses eran conocidos por nombre propio. Entre ellos figuraban Atum, el que según la tradición egipcia, es el más antiguo de los dioses. Llamado «el dios divino, aquel que se ha creado a sí mismo, el hacedor de los dioses, el creador de los hombres, aquel que ha extendido los cielos, aquel que ha iluminado el Tuat con sus ojos (es decir, el sol y la luna). Ya existía cuando el cielo no existía, la tierra no existía, los hombres no existían, los dioses no habían nacido, la muerte no existía». Ra es el nombre dado por los primeros egipcios al dios Sol, pero el significado de la palabra y su origen nos son desconocidos. Fue el primer ser creado por Atum de las aguas celestes, deNun; era considerado como el emblema visible de Dios, como el dios más grande de este mundo. Khepra es un dios antiquísimo que la tradición religiosa asociaba a la creación del mundo y a todo lo que en él se halla. Habitualmente se le llamaba Khepra, «que se ha producido a sí mismo»;Ptah, «el Señor de la vida». Era uno de los más antiguos y grandes dioses de Menfis, la tradición aseguraba que era el creador del universo. Shu el hijo mayor de Atum-Ra. Keb o Geb Es el hijo de Shu, esposo de Nut y, por ella, padre de Osiris, de Isis, de Set y de Nefitis. Es el dios de la tierra. Osiris, según la tradición de Heliópolis, es hijo de Geb y de Nut, esposo de su hermana Isis, padre de Horus hijo de Isis, y hermano de Set y de Nefitis. En los últimos tiempos, los egipcios le transfirieron los atributos que en las primeras dinastías sólo pertenecían a Ra y a Ra-Atum. Era el dios del «ayer», o sea, del pasado; del «hoy», o sea, del presente y símbolo de la eternidad. Isis. Mujer de Osiris y madre de Horus. Su nombre usual era el de «la gran diosa, la madre divina, la dueña de las palabras poderosas y de los encantamientos». Horus.
En medio de tal variedad de dioses, no resulta extraño que Moisés preguntara al Dios con quien hablaba por su nombre. Él quería llegar a Egipto y decir a su pueblo el dios tal me envía. Pero al dar respuesta a su interrogante Dios le responde con el consabido יְהֹוָה (YO SOY) haciéndole saber que Él es el único Dios existente. 
Sin embargo, desde hace más de 5 siglos se ha venido vendiendo la idea de que nuestro Creador tiene un nombre propio y que es nombre es Jehová (jeivhy). Nada más falso. Tal idea fue popularizada por algunos teólogos quienes no solo no traduleron las escrituras antiguas sino que las transliteraron, además de agregar suposiciones muy personales ante las dudas que se les presentaban.
Así, los creadores de la  masorah tomaron la palabra hebrea יְהֹוָה que aparece en Éxodo 3:14, y cuya pronunciación se desconoce pero que en la Septuaginta se traduce εγω ειmι (Yo soy) para, intercalando las vocales de su adonai (Heb. אדֹנָי =Gr. kurioςEsp. Señor) entre las letras del tetragrámaton, crear el vocablo Jehová que transliteran en todos los casos donde en la Septuaginta aparece kurioς.
Ese error, cometido por quienes debían de velar por la pureza de las escrituras sin apartarse de lo que está escrito se dio, y es por ello que existe tal confusión.



El Texto Hebreo.- El paso de la tradición oral a la escrita llega para el AT en un tiempo en que el papiro y el pergamino estaban ya en uso como materiales de escritura. De ellos se fabricaban largas tiras que, convenientemente unidas, formaban los llamados “rollos”, una especie de cilindros de peso y volumen a menudo considerables. Así han llegado hasta nosotros los textos del AT (cf. Jer 36:2), aunque no en sus manuscritos hebreos originales, pues con el tiempo todos han desaparecido, sino merced a la gran cantidad de copias realizadas a lo largo de muchos siglos. De ellas, las más antiguas que poseemos pertenecen aproximadamente al s. I a.C. Fueron descubiertas en lugares como Qumrán, al oeste del Mar Muerto, algunas en bastante buen estado de conservación, y otras muy deterioradas y reducidas a fragmento1.
El AT estaba escrito en el idioma hebreo bíblico o clásico. Dado que el hebreo antiguo fue usado durante un lapso de casi 14 siglos en ese período la lengua sufrió cambios por lo que el hebreo más antiguo difiere en ciertos aspectos del hebreo bíblico tardío, del siglo V a. C. al siglo III a. C. que corresponde con la dominación persa, cuando fue sustituido por el arameo, que siguió usándose hasta tiempos de Jesús.
La Septuginta.-  Versión griega de las Escrituras llamada así pues según la tradición setenta ancianos emplearon igual número de días para traducir los textos del hebreo clásico al idioma griego.
En realidad la Septuaginta o, en diminutivo los "LXX" (Setenta), constituye la primera traducción de la Ley Mosaica o "Pentateuco" y de los Profetas, a un idioma distinto al hebreo, lengua considerada "sagrada" por los fieles judíos. En los decenios posteriores se sumaron a la Septuaginta el resto de los "otros escritos" en hebreo antiguo o "paleohebreo" de la Biblia.
Esta monumental empresa literaria fue iniciada en Alejandría de Egipto durante el reinado de Ptolomeo II Filadelfo (285-247 A. de C.). 
Como documenta Julio Trebolle, "la traducción de todo un cuerpo de literatura hebrea a la lengua griega constituye un esfuerzo único de interpretación en todos los sentidos: ortografía, morfología, sintaxis, semántica, teología, etc." 2.
La Iglesia cristiana primitiva adoptó la Septuaginta como "escritura sagrada", sin reserva alguna. La mayoría de los textos del Antiguo Testamento citados por los evangelistas y los apóstoles pertenecen a la LXX.

________________________________
1 Reina-Valera 1995—Edición de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
2 Julio Trebolle, La Biblia judía y la Biblia cristiana. Introducción a la historia de la Biblia, Editorial Trotta, Madrid 1993, p. 338.




El Texto Masorético.- La “Masorah” y los “Textos Masoréticos”.- El término “masorah” deriva de la raíz hebrea “atar”. Otros consideran que viene del verbo “transmitir”. El término “masorah” significa “tradición”. Designa el conjunto de notas que acompañan al texto y en las que los masoretas recopilaron las tradiciones rabínicas relativas a la Biblia. La “masorah” comienza a desarrollarse alrededor del año 500 de la era cristiana y tiene vigencia hasta el año 1000 D. de C.
Lo que se llama “Texto Masorético” es el consonántico hebreo que los “masoretas” “vocalizaron”, “acentuaron” y dotaron de “anotaciones” cuando una letra podía dar motivo a confusión. Esto significa que crearon un idioma al que llamaron hebreo, en cuyo texto aparece el nombre Jehová, que  es una latinización de la palabra hebrea יְהֹוָה, una vocalización del Tetragrámaton יהוה (YHWH) y las vocales de Adonai,1 que se cree es el nombre propio de Dios en el cristianismo y judaísmo de la Biblia hebrea, el cual también ha sido transliterado como "Yehowah" o "Yahweh". 3 4
La masorah no fue homogénea. Existieron dos tradiciones diferentes de masorah. Una fue la Babilónica, dividida en las escuelas de Nahardea, Sura y Pumbedita. La otra fue la Palestinense, establecida principalmente en Tiberiades (Galilea). Ambas ciudades fueron centros principales de la vida religiosa y cultural judía tras la segunda destrucción de Jerusalén por los romanos en el año 132 D. de C. El judaísmo babilónico y palestinense dio pie al desarrollo de dos corrientes de interpretación que fueron recogidas por el “Talmud palestinense” y el “Talmud babilónico”.
A través de los siglos fue imponiéndose la Masorah Tiberiense. En Tiberiades existieron dos familias de masoretas: los Ben Aser y los Ben Neftalí. Entre ambas prevaleció la de Ben Aser. El más famoso de los Ben Aser fue el último expositor de la escuela, Aaron ben Moisés ben Aser. A esta familia se atribuyen los códices de Alepo y de San Petersburgo (Aaron ben Moises ben Aser, año 1008 D. de C.), los textos masoréticos de mayor antigüedad disponibles. A pesar de la transmisión “familiar” del texto bíblico, no existió un único texto masorético establecido del Antiguo Testamento. En este sentido la edición de los Ben Aser no es completamente homogénea[3}.
Los textos de uso actual de la “Biblia Hebrea” se “estabilizan” recién hacia finales del siglo XIX cuando se unifican criterios en el empleo de consonantes, vocales y puntuación. Como punto informativo las “recensiones” o “colecciones de textos” en que se sustentan las ediciones modernas de la “Biblia Hebrea” son básicamente tres:
La edición de Soncino de 1494. Fue un texto muy inexacto en lo referente a las anotaciones masoréticas.
La Políglota Complutense (1514-17). Recopilada bajo la dirección del Cardenal Francisco Ximenes de Cisneros. Está basada directamente en textos hebreos de la tradición manuscrita, sin apoyo de ediciones impresas anteriores.
La Segunda Biblia Rabínica de Jacob ben Hayyim (1524-25). Fue considerada por largo tiempo como el “texto recibido”, la edición autorizada de la Biblia Hebrea.
Las siguientes ediciones hicieron un empleo “ecléctico” o “mixto” de las recensiones citadas. Es el caso de la “Biblia Políglota de Amberes”
En el tiempo presente están en uso:
La Edición de Ginsburg (1908-26). Basada en la Segunda Biblia Rabínica de Ben Hayyim. Superada por las que siguieron

________________________________
[3] Lo que hacen las Biblias contemporáneas es reproducir un texto único manuscrito (San Petersburgo o Alepo). La exigencia de fidelidad en la reproducción lleva a copiar los errores del manuscrito, que son señalados convenientemente para advertir la falta. Se renuncia a establecer una edición “ecléctica” del texto masorético, asumiéndose que de ese mismo manuscrito proceden los siguientes.
3 Gérard Gertoux, THE NAME OF GOD YeHoWaH. ITS STORY. Accesado el 2 de julio de 2012.

La “Biblia Hebraica”, o recensión de R. Kittel. La más utilizada en el siglo XX. Las dos primeras ediciones: 1906-1912, seguían el texto de Ben Hayyim. A propuesta de P. Kahle, la tercera edición (1937) siguió el texto del Códice de San Petersburgo, copia concluida en 1008. Su origen estaba en la tradición de Aaron ben Moises ben Aser.
La “Biblia Hebraica Stuttgartensia”. Concluida en 1977, basada en el Códice de San Petesburgo.
En preparación: la “Biblia Hebrea” de la Universidad de Jerusalén. Basada en el Códice de Alepo, fechada en la primera mitad del siglo X. El Códice de Alepo presenta un texto de “Ben Aser”, de mejor calidad que el de San Petersburgo. Podría tratarse del códice autorizado por Maimónides (muerto en 1204), quien afirmó que dicho manuscrito contenía la totalidad del texto de la Biblia y había servido en Jerusalén para copiar otros textos, posiblemente el mismo Códice de San Petersburgo.
Las dificultades halladas por estas ediciones modernas ilustran las diversas “familias” de textos donde se recogen las versiones de la Biblia Hebraica. A diferencia de la Iglesia Católica, el judaísmo nunca tuvo realmente un texto similar a la “Vulgata” o texto sancionado de gran antigüedad.
También tenemos que la mayoría de los libros del AT, los  cuales fueron adoptados por la iglesia cristiana greco-latina como títulos de estos cinco libros son los mismos con los que fueron designados en la Septuaginta, los que responden respectivamente al contenido de cada uno de los textos, y atienden en cada caso a poner de relieve un determinado hecho o asunto; así, Génesis significa “origen”; Éxodo, “salida”; Levítico, “relativo a los levitas”; Números, “cuenta” o “censo”; Deuteronomio, “segunda Ley”, y por no ser muy confiables las versiones masoréticas, deberíamos preferir para el estudio del AT en nuestras congregaciones, la traducción de la Septuaginta.

Capítulo II

El nombre en sí ¿Cuál es la explicación?
Para explicar el error cometido por gran cantidad de traductores del AT, especialmente Los testigos de Jehová que impulsan con vehemencia digna de mejor causa el uso de Jehová como el nombre de Dios, es menester conocer que Moisés, el caudillo enviado por el Creador para liberar al pueblo judío de la esclavitud a la que estaba sometido por los egipcios, había nacido y vivido los primeros cuarenta años de su vida en ese país, habiendo sido criado en la religión politeísta. De allí, que al ser llamado por Dios para cumplir tal misión él tratara de ubicar en su mente politeísta cuál de todos era el dios que lo llamaba. De allí la interrogante: Si voy a los hijos de Israel y les digo: el Dios de vuestros padres, me ha enviado a vosotros”, me preguntarán: “¿Cuál es su nombre?”. Entonces ¿qué les responderé?
Respondió Dios a Moisés:
—“Yo soy el que soy”.
Y añadió:
—Así dirás a los hijos de Israel: “ Yo soy me envió a vosotros”. (Éxodo 3:13, 14)
________________________________
5 jeivhy (Transliterado Jehová) cuya traducción es “El que vive en sí mismo o el eterno” con lo que Dios estaba diciendo a Moisés que el único Dios que existe lo estaba enviando a los hijos de Israel.
3.14 YO SOY EL QUE SOY: Esta frase explica el nombre personal del Dios de Israel,Yahvé asociándolo al verbo hebreo hayah  (jeivh), que significa ser, existir y, a veces, también acontecer.
3.15 El Señor: versión tradicional del nombre propio del Dios de Israel, que en hebreo se escribe con las cuatro consonantes YHWH -jeivh-  (de aquí, añadiendo las vocales correspondientes, resulta la forma Yahweh, transcrita habitualmente como Yahvé ). Hacia el siglo IV a.C., los judíos dejaron de pronunciar este nombre divino y decían en su lugarAdonai (el Señor ). Esto hizo que la versión griega (LXX) utilizara la palabra Kyrios (el Señor) en lugar de Yahvé. El texto hebreo pone las vocales de Adonai allí donde se encuentra el nombre YHWH, y esta combinación ha dado origen a la forma Jehová. Dios Habla Hoy 1996 Notas:
Jehová Transcripción castellana del nombre de Dios dado en la Biblia hebrea por el tetragramatón YHVH. La pronunciación «Jehová» proviene del hecho de que para la lectura en las sinagogas YHVH se leía «Adonai» (Señor), y que a las consonantes del tetragramatón se habían añadido las vocales de Adonai para recordar al lector el nombre que debía leer. Esta pronunciación, procedente de ciertas corrientes rabínicas, se hizo común a partir de Pedro Galatino, confesor de León X (1518). Las investigaciones modernas indican que la pronunciación original fue Yahveh. Jehová es la forma que ha quedado consagrada por el uso en las versiones castellanas de la Biblia de Reina-Valera y Moderna, aunque alguna versión reciente, como la Nácar-Colunga, translitera «Yavé»; la versión catalana «deIs Monjos de Montserrat» translitera «Jahvè», y la de la «Fundació Bíblica Catalana» translitera «Jahveh». Otras versiones, como la de Herder, ponen «Señor».


Esa es la explicación más sencilla que hay en torno a la gran duda de si Jehová o Yavé es o no el nombre de Dios.
El motivo que impulsó a los masoretas a usar como traducción de las consonantes hebreas jeivhy YHWH, a las que añadieron los puntos vocálicos de adonai, אֲדֹנָי, para componer el nombre de Dios se ignora, aunque algunos teólogos suponen, sin sustento alguno, que se debió a la práctica obligada y escrupulosa de no pronunciar el nombre divino, por lo que los judíos (al leer las Escrituras) tenían la costumbre de sustituirlo con el sustantivo adonai ,אֲדֹנָי el cual significa Señor. En cambio, la LXX siguió esta costumbre, usando el término gr. kurioςSeñor, para que tomara el lugar del nombre divino, algo bastante interesante a la luz de la designación común que el NT hace de Jesús como kurioςLa formación del nombre Jehovah resultaría de insertar las vocales de adonai entre las consonantes YHWH.
De acuerdo con Éxodo 6:2, 3, el nombre YHWH no se había usado antes del tiempo de Moisés como para entender significativamente la naturaleza divina. El nombre está relacionado con el verbo heb. ser, o estar realmente presente: “Yo soy el que soy” puede significar “estoy activamente presente como y cuando lo desee”, o “puedo llevar a cabo lo que desee”
Desde la época de Moisés, en Israel se había considerado que el nombre de Dios era tan sagrado que no se lo pronunciaba. Cada vez que aparecía en el texto se leía otra palabra para Dios, “Adonai”, que significa “Señor”. Los traductores de la versión griega (la LXX) empleaban la palabra κύριος (kurios=Señor) para el nombre sagrado. En la traducción latina, la Vulgata, emplearon la palabra Dominus (Señor). Los masoretas, en su tarea de colocar los signos vocálicos al hebreo, pusieron las vocales de la palabra “Adonai” en la palabra “YHWH” (יְהֹוָה). Cuando los traductores de la versión inglesa King James (1611) trataron del nombre sagrado, decidieron hacer la transliteración de la palabra hebrea tal como aparecía en el texto que usaron, y de acuerdo con su sistema de pronunciación, llegó el nombre “Jehovah”. Aunque el nombre no representa ninguna forma usada en el texto hebreo, en nuestra tradición ha llegado también a representar al Dios creador y redentor, y de acuerdo con el entendimiento teológico del término, el uso de Jehová  es válido y se lo emplea en la RVA y en el comentario6.
Los judíos decían Adonai (mi Señor) cuando leían Yahweh  pues consideraban el nombre de Dios demasiado sagrado para ser pronunciado. La palabra Dios se usa en el texto hebreo en su forma plural. De manera que la frase nuestro Dios , Jehová uno es , constituye una aproximación a la doctrina cristiana de la Trinidad, tres personas de la misma sustancia en un solo Dios; aunque ello no era aún evidente para el pueblo de Dios en el AT7


________________________________
6 Diccionario Bíblico  J.D. Douglas, Merrill C. Tenney. Biblioteca Editorial Mundo Hispano © 2003, Pág. 632
7  Comentarios de la Biblia Plenitud